En 2010 y a raíz de un agresivo cáncer, la familia Monge Márquez vivió la dolorosa pérdida de su hija Verónica, quien por ese entonces tenía 25 años. Fue ahí cuando decidieron que el mejor legado para recordarla era construir un espacio de acogida especializado en jóvenes oncológicos de todo Chile. Este sueño se edificó en el corazón de Providencia y le llamaron Casa Camino, que en 2020, en medio de la pandemia, pudo ser inaugurado.
Somos una organización privada, sin fines de lucro. Estamos legalmente constituidos desde 2013. Nuestro propósito es acoger a jóvenes con cáncer provenientes de regiones que necesitan realizar sus tratamientos oncológicos en la capital, ya que muchos de ellos no pueden financiar un lugar en las condiciones óptimas para hospedarse.
Simultáneamente son 14 los jóvenes de entre 12 y 18 años más un acompañante los que pueden hospedarse gratuitamente bajo el techo de nuestra fundación, donde no solo tienen un techo y sus comidas diarias, sino que todo un equipo que ofrece una serie de programas y actividades de acompañamiento integral (psicoterapéutico, arteterapia, coaching y musicoterapia), así como traslados a sus tratamientos y otras actividades apoyadas por decenas de voluntarios.
La experiencia de la Verito hizo comprender que los jóvenes, además del cáncer, están viviendo un proceso propio de su edad y en Chile no hay lugares especializados en este rango etario. Así, vivir con pares y las instalaciones de la casa de acogida invitan a los usuarios a sentirse como en casa, contando con espacios para recrearse, mantenerse conectados con sus estudios, preparar alimentos, realizar ejercicios de prehabilitación y rehabilitación de sus tratamientos, así como todo aquello que cualquier casa común y corriente puede tener. Puertas adentro, el espíritu que reina es el de comunidad.
Los usuarios de Casa Camino son derivados por el equipo sicosocial del centro de salud en el cual se lleva a cabo su tratamiento. Son ellos los que elaboran un diagnóstico en el cual se determina si la familia cuenta con los recursos y redes para solventar la estadía en la Región Metropolitana por el tiempo que dure el tratamiento. Luego, ese hospital o centro se contacta directamente con la fundación, donde se visa el ingreso.
Pero no podemos solos. Contar con el apoyo de ustedes es imperioso. Por eso los invitamos a sumarse a este camino, ya sea con un aporte monetario o como voluntarios.
¡Mira aquí cómo apoyarnos!