Ine y Pamela, las dos nuevas terapeutas que llegaron a Casa Camino para hacer su práctica

Desde el 13 de marzo nuestra comunidad se amplió con el arribo de estas dos alumnas de Terapia Ocupacional de la Universidad de los Andes, institución con la que tenemos un convenio para que sus estudiantes hagan pasantías en Fundación Camino.

«Estoy haciendo mi especialidad y estoy por segunda vez aquí. Mi experiencia ha sido excelente, he tenido la oportunidad de aprender mucho sobre el tratamiento de la oncología, crear un lazo importante con todos los trabajadores, los cuidadores y los jóvenes. He enriquecido de manera considerable mi aprendizaje en esta área y gracias a lo que he vivido aquí puedo ser una profesional más completa, empática y llena de energía, por lo cual estoy infinitamente agradecida». 

Las palabras de Pamela Silva resumen su sentir tras completar diez días en Casa Camino junto a los jóvenes oncológicos de regiones que se hospedan en nuestra casa de acogida fruto de necesitar un lugar donde quedarse en Santiago mientras duran sus tratamientos contra el cáncer. 

Junto a Pamela, quien ya había estado realizando hace algunos meses su práctica en Fundación Camino, llegó Ine Persyn, una belga que está de intercambio en Chile y que el destino la llevó a cruzarse con nuestro camino. 

«Acabo de terminar la segunda semana de mi práctica y seguiré con gran placer por cinco semanas más. Tuve una muy linda bienvenida, donde los residentes de Fundación Camino me hicieron un regalo, un hermoso póster que mostraba cosas características de Chile y Bélgica y una completa historia del país, que fue traducido a mi lengua materna. Me sentí inmediatamente acogida por la cálida bienvenida de los adolescentes, así como por todos quienes trabajan en la fundación», dice nuestra nueva amiga europea, quien recuerda que durante la primera semana de estancia llegó a conocer a los adolescentes a través de diversas actividades a pesar de la barrera idiomática, la que en conjunto a nuestros jóvenes han ido derribando con cariño, paciencia… y muchas risas. «Ellos hacen todo lo posible por comunicarse conmigo», asegura.

A ellas las supervisa Stefanie González -la tía Stefi-, terapeuta ocupacional y docente clínica de la U. Andes que está permanentemente en Casa Camino. Ella guía, acompaña y evalúa la práctica profesional de las y los pasantes, que están entre siete y diez semanas junto a nosotros, dependiendo del momento en que tomen esa práctica. 

«Su pasada por acá consiste en que deben ir poniendo en práctica los conocimientos adquiridos durante todo su proceso formativo. Como alumnos deben pasar por cuatro áreas generales; físico, mental, geriatría y pediatría. Casa Camino cuenta como centro psicosocial, una mezcla entre niños y salud mental comunitaria», explica Stefi. 

Bajo la supervisión de la terapeuta ocupacional, los practicantes -Ine y Pamela en este momento- deben intervenir según las necesidades que ellos reconozcan en la comunidad de Casa Camino, sea bajo pautas aplicadas o desde la observación clinica. Así van creando actividades que siempre deben tener un sentido terapéutico, para intentar principalmente trabajar desde las habilidades sociales, la estimulación cognitiva y el trabajo físico con los jóvenes oncológicos.

Para esto es fundamental el aporte de la U.Andes, toda vez que el apoyo de sus pasantes es vital para el funcionamiento de Fundación Camino. «Los alumnos aportan mucho para poder hacer intervenciones más personalizadas y rápidas, hay más ideas. Cada uno desde sus habilidades personales logran vínculos con los chicos y aportan muchisimo en eso», reseña Stefi.